Ya quedaban pocas horas de luz, esta noche habría que pasarla a la intemperie. Al costado del camino una arboleda, del otro lado corrían las aguas calmas de un arroyo. Quintus caminaba junto a Compañero por el sendero y el lugar le pareció perfecto para preparase para la noche. – Hoy nos toca techo de estrellas amigo– dijo el caballero y le dio una palmada al imponente corcel que lo acompañaba. Se detuvo a la orilla del arroyo, había un espacio plano lo suficientemente grande para acampar, se veían restos de una hoguera y algunos troncos secos que fueron usados de asiento por otros viajeros antes que él. Siempre que Quintus se detenía a acampar, lo primero era descargar a Compañero, sentía culpa de que el corcel cargue con sus pertenencias. Sacó sus cosas, aflojó y quitó la silla para luego acomodarla cerca de donde haría la hoguera. Una vez hecho esto, Compañero se dirigió a la arboleda a paso tranquilo, Quintus sabía que el caballo iba a pastar y si tení...
Quintus, un caballero errante, recorre los caminos junto a Compañero, su corcel de batalla.